EL PRINCIPIO DE NO DISCRIMINACIÓN ARBITRARIA SOBRE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES: DE LA CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO A LA LEY SOBRE GARANTÍAS Y PROTECCIÓN INTEGRAL DE LOS DERECHOS DE LA NIÑEZ Y ADOLESCENCIA

Resumen

La simple ponderación de la condición de ser niño, niña o adolescente (NNA) como una de las causas de discriminación estructural que históricamente han afectado a las personas, ha llevado al legislador a tomar paulatinamente en consideración–visibilizar–a la edad como una de las categorías prohibidas–o sospechosas–susceptible de ser enumerada de forma expresa en las cláusulas de no discriminación estatuidas en los diferentes ordenamientos jurídicos. A lo dicho, además, deben unírsele los problemas suscitados de las situaciones de discriminación interseccional, es decir, cuando al estatuto de la minoría de edad se le superponen otra u otras condiciones estructurales de vulnerabilidad–tales como el sexo, género, nacionalidad, condición migratoria, discapacidad o pobreza–, generándose, en tal caso, una forma más compleja de exclusión que presenta sus propias particularidades. Pues bien, ante un contexto como el descrito, tanto la Convención sobre los Derechos del Niño, a nivel internacional, como la Ley sobre Garantías y Protección Integral de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia, a nivel doméstico, enuncian, entre sus principios rectores, una cláusula general de no discriminación llamada a procurar dar respuesta efectiva a tales eventualidades. En este sentido, el objetivo principal del presente artículo reside en indagar acerca de la respuesta ofrecida por tales normas ante el fenómeno de la denominada como discriminación interseccional sobre NNA. Como resultado constatamos como la interseccionalidad se erige en un marco teórico que ilustra el modo cómo la identidad social constituida por diferentes elementos estructurales puede superponerse con la categoría de NNA, generando situaciones nuevas y particularmente críticas de vulnerabilidad.